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Actualidad médico-legal

Las Pericias del verano

Las pericias resultantes de la época estival acontecen por los riesgos que asumimos al encontrarnos desplazados de nuestro hábitat natural, es decir de nuestra ciudad. Comenzando por el viaje en carretera, que hay que encomendarse a unos cuantos santos, para llegar bien sin accidentarse o que te accidenten y suponiendo que al vehiculo no le salga alguna avería que no ha sido visada en la revisión de verano. Unos accidentes por su frecuencia y otros por su gravedad, voy a hacer un repaso somero de los mismos:

         Los accidentes de tráfico, son la principal causa que originará una futura Pericia y por tanto los más frecuentes, con diferente gravedad.

         Luego nos encontramos con los riesgos del hábitat donde vamos de veraneo, como son las picaduras de insectos, artrópodos, reptiles venenosos o no, si optamos por ir a la montaña, o ciertas especies de peces venenosos así como las medusas, bastante frecuentes estas últimas en las playas del mar Mediterráneo. Aprovecho para recordar que las picaduras de medusas así como de otros habitantes marinos, se alivian las molestias que producen, con el agua de mar, es un error, salir corriendo del agua y poner frío local o aplicar antisépticos.

         Otra tema totalmente diferente, son las picaduras por víboras, escorpiones o tarántulas; las picaduras de estos artrópodos, ocasionan una inflamación local con unas molestias de dolor a tensión por los procesos inflamatorios que se producen, hasta llegar a la necrosis de tejidos alrededor de la picadura. Es importante acudir al centro médico más próximo, que deberá tratar la lesión o derivarla a un centro más especializado. Las personas alérgicas a las picaduras de estos animalitos o incluso más pequeños como avispas, abejas, bómbus terrestre, etc. deberán tener especial cuidado y avisarlo inmediatamente al primer sanitario que le atienda.

         Las picaduras de víbora, merecen mención especial, ya que es de los pocos ofidios venenosos que encontramos en España y que más problemas nos pueden causar, ya que su veneno, a menos que se ponga el antídoto adecuado, no se minimizarán los síntomas y consiguientes secuelas de necrosis de tejidos, epidérmico, conjuntivo y muscular, entre otros. Tengamos en cuenta que el lugar del suceso, la montaña, es decir a media hora como poco de nuestro coche y luego el camino de alta montaña hasta el primer pueblo con un hospital de referencia, donde te hacen la primera cura de urgencia, tengan el antídoto y te pongan la gamma-globulina anti-tetánica. Como poco, han pasado dos horas desde el momento de la picadura. Podemos incluso perder el miembro, o quedar éste bastante atrófico. Evidentemente en estos casos, a menos que haya una negligencia médica o del rescate en alta montaña, la pericia solo irá encaminada a conseguir una minusvalía del lesionado, sí procede.

        Otro riesgo más frecuente en la época estival, son las insolaciones, los golpes de calor, las deshidrataciones y las quemaduras solares. Aunque cualquier edad de la vida es subsidiaria de padecer uno de estos accidentes estivales, son especialmente los bebes, los niños y  los ancianos, por este orden, por tener los primeros un volumen corporal pequeño, ante un episodio de estos, se deshidratan enseguida, aumentan su temperatura corporal y su frecuencia respiratoria, lo que incrementa la deshidratación y la necesidad urgente de reponer los líquidos perdidos como sudor, lagrimas, respiración y orina.

        ¡¡¡MUCHO CUIDADO CON DE JAR AL BEBE DORMIDO DENTRO DE UN VEHICULO!!! Aunque  lo dejemos a la sombra, si nos olvidamos que dejamos al bebe en el coche, el Sol cambia de lugar y donde a las 11:00 había sombra, a las 14:00, el sol está calentando el coche a más de 70º centígrados y “cocinando” a nuestro hijo, con alto riesgo de muerte. Si aún está consciente, hay que darle SUERO ORAL o AGUA.

        Los padres somos responsables de lo que les pase a nuestros hijos. Igual ocurre con la sillita del niño en el coche, que cuando el hermanito menor crece para pasar a la sillita del vehículo o dispositivo de retención, desplaza al hermanito mayor al asiento. Los padres hemos de tener en cuenta que los cinturones de seguridad del vehiculo, no sujetan a ese niño de 4 a 6 años que hemos dejado sin su dispositivo retenedor, pues el niño, hace un efecto “submarino” y se desliza por debajo del cinturón y que en la plaza trasera central, sale el niño disparado como un proyectil, entre ambos asientos delanteros por el parabrisas del vehiculo, tras un impacto frontal, o lateral de alta energía. Por lo tanto, cuando el niño mayor crece, igual que con la ropa, ¡¡¡HAY QUE COMPRARLE UNA SILLA NUEVA PARA EL COCHE!!!     Ahora que por fin la Administración sanciona al conductor que no lleva a los niños con su dispositivo correspondiente (¡¡¡años ha tardado!!!), aunque sea muy doloroso, también habría que sancionarle por la muerte de su hijo, por no llevarlo bien sujeto y acusarlo de homicidio involuntario, aunque el culpable del accidente sea el vehiculo contrario. No hay que sancionar para sacar dinero y llenar las arcas de los partidos políticos con los “radares sacacuartos”. Hay que sancionar en lo importante, para corregir conductas y educar, y salvar vidas; sancionar para recaudar, lleva obviar muchas de las leyes que nos imponen. ¡Cuántas menos leyes, más fácil es cumplirlas!

         Otro de los accidentes que por su gravedad, no solo para el paciente y la familia, sino también para la sociedad, por los gastos que genera, son aquellos que acaban en paraplejias o tetraplejias, es decir, cuando el accidentado queda relegado para el resto de su vida en una silla de ruedas, por una lesión medular que si es a nivel lumbar, origina la paraplejia (parálisis de miembros inferiores, que puede afectar o no a la continencia de esfínteres o causar impotencia en el varón); o si ocurre a nivel cervical ocasiona las tetraplejias, con mayor o menor gravedad, pues puede afectar a la deglución e incluso al centro respiratorio. Ambos tipos de lesionados, pueden ser el resultado de accidentes de tránsito, de coche o de moto, pero las tetraplejias, ven su frecuencia incrementada en verano, por accidentes acuáticos, bien por hacer un salto mortal y golpearse la cabeza con el suelo de la piscina, por profundidad escasa o por golpearse con el borde de la piscina o del trampolín. La columna dorsal, también se puede lesionar, sin presencia de lesión medular, siempre puede suceder un aplastamiento vertebral, pues en la casuística de mi práctica clínica, tengo el caso de una mujer menopáusica, con osteoporosis asociada, que viajaba en un “fuera borda” al dar un salto entre ola y ola, se fracturo la 6ª vertebra dorsal.

        Y por último, los ahogamientos en especial de niños pequeños, por descuido de sus cuidadores.

        Lo dicho, que todos podamos descansar en las vacaciones estivales y cuidado con las fiestas locales, que aunque el alcohol es un buen anestésico y las lesiones duelen menos, luego se lamentan igual. Espero que nadie deje de seguirme. Feliz veraneo.

Peritos Médicos Crespo.  

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